jueves, 16 de febrero de 2012

Las necrológicas del actor Oscar Nuñez


Desde la Secretaría de Prensa de la Asociación Argentina de Actores, el sábado 11 de febrero, llegó el newsletter del viernes 10 informando, entre otras cosas el fallecimiento del actor Oscar "Flaco" Nuñez... La  escueta necrológica rezaba así: "Nuestro querido compañero Oscar Nuñez falleció a la edad de 83 años. Siempre lo recodaremos al flaco por su enorme entrega en la defensa de nuestro sindicato que se reflejaba en su permanente solidaridad con todos sus compañeros tanto en lo personal como lo artístico."

Curiosamente, la muerte del actor produjo cosas muy diferentes en las tres personas que integraban, justamente, esa misma Secretaría hasta el mes de diciembre pasado (se publican aquí "por orden de aparición"): 


OSCAR NUÑEZ
Lo conocí en el ’74. Estuvimos muchas veces del mismo lado y otras no.
Compartíamos, por ejemplo, la admiración –rayana en la devoción– por el cantor de tangos Raúl Berón. Más de una vez nos saludábamos impostando aquella incomparable voz, algo nasal, para canturrear: “… siempre fueron mis mejores compañeros los muchachos milongueros, jugadores … y algo más…”
Ese “algo más” lo fascinaba.
Él hallaba en esas dos palabras: “algo más” un incalculable tesoro, oculto para la gilada, que para los que tangueros era –como para los miembros de cualquier otra sociedad secreta– una expresión de pase. Ese “algo más” incluía amorosas ligaduras, complicidades ante las más inquietantes travesuras, solidaridad al mango en las buenas y en las malas, y por sobre todas las cosas daba patente de bienaventurada incorrección.
Otra que hacíamos era recitar a dúo “Serafín”, de De La Púa, y cuando digo recitar, es porque lo recitábamos. Los dos admirábamos a Rivero, nos la pasábamos escuchando, con El Rafa “Pucherito de gallina” o “El perrito pequinés”, entre otras piezas maestras, pero –dicho esto con todo el respeto del mundo por Don Leonel– creíamos que era mejor decir la poesía tal como la había escrito De La Púa.
Discutimos horas por el uso de la palabra “nimbada” que Cadícamo emplea en “De todo te olvidas”, mientras nos extasiábamos con la interpretación de Gardel. Esa se la gané yo. La de “taurear” que usa De La Púa en "Serafín" me la había ganado él. Así, escuchando tangos, pasábamos algunas tardes mientras hablábamos de teatro y de política. Los últimos tiempos nos habían acercado mucho (otro Flaco que también piró y Sra., mediante); por lo general, antes de la despedida, nos dábamos un toque de Floreal, del Polaco Y Berón. Siempre: Berón.
Hoy me enteré que se murió y estoy triste. Ayer me había castigado mal la muerte de Spinetta. Me acordaba del día que lo conocí junto al Tano Bagalá y a Jorge González. Jorge cantaba los temas de él y del Tano, los acompañaban Daniel Russo, Alberto Juan, Pablo Kohan y Carlos Carli; yo recitaba. Spinetta vino a vernos yo no lo podíamos creer. Ese día El otro Flaco, Núñez, también estaba en la platea haciendo el aguante.
¡Qué cosa! En dos días se fueron los dos.
Uno fue amigo mío, el otro no. Sin embargo en algún lado se me juntan. Pienso en aquello que escribió Spinetta: “…es su palabra que no ha de llegar igual…”.
Pero… ¡mirá vos!: entre esta suerte de corbata apretada que no luzco pero igual me estorba la garganta y esta manía que les agarró a las letras de ponerse a bailar e irse de foco en el monitor de la computadora, se me coló una sonrisa. Me acordé de aquel brindis en la Presidencia de Actores (al día siguiente nos casábamos con Stella). “El Flaco” tocaba el fueye (de grupo, of course), Zurita entonaba y Padilla los dirigía a lo D’Arienzo.
Mi hijo, recién llegado de USA para el casorio, no lo podía creer. Yo pienso que fue porque por allá, por Texas, escasean esos muchachos que son “… algo más”.
FERNANDO MUSANTE
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UN PEDIDO A LA MEMORIA DEL FLACO NUÑEZ
Compañeros Consejo Integral ASOCIACIÓN ARGENTINA DE ACTORES Con el “Flaco” Nuñez no me unió la amistad, sólo fuimos compañeros a lo largo de 30 años. Sentí por él respecto y admiración y me reconocí en ese sentido que poseía de la porteñidad, además de haber charlado, en muchas oportunidades, de política, de cine, de teatro, mucho de tango y de fútbol. Temas, demás está decirlo, como para ponerse a hablar con él toda una vida. La conducción del sindicato al entrarse de su fallecimiento le dedicó a su memoria diez líneas, y por su labor gremial estas palabras “Siempre lo recordaremos al flaco por su enorme entrega en la defensa de nuestro sindicato que se reflejaba en su permanente solidaridad” Se que la inmensa tarea que desempañan los compañeros al frente de la conducción los llevó, seguramente, a no tener el tiempo como para dedicarle la despedida merecida. Es por eso que me permito acercarle a los que no saben o a los que, por esas cosas de la vida, han olvidado, qué cosas hizo el “Flaco” en “defensa de nuestro sindicato”. Fue varias veces conducción, vicepresidente de la OSA, miembro fundador de la Lista Blanca en 1964, pero quizás lo que más quiero destacar es que fue el firmante, entre otros, de la primera paritaria de televisión en 1975. A su personal impronta y dedicación, en aquella histórica paritaria, le debemos hoy el pago de las repeticiones que los empresarios de entonces argumentaban que jamás la iban a liquidar porque se pagaba una sola vez por el trabajo realizado. Hace apenas un año atrás, en una charla personal, recordaba aquellos días con emoción. También habrá que recordarlo como un compañero que la solidaridad la ejerció poniendo el cuerpo. Todas las crónicas periodísticas dicen que la fama le llegó de grande. Claro, en aquellos años el “Flaco” estaba borrado de la lista de productores. En tiempos de la dictadura, sin importarle su seguridad personal, acompañó al aeropuerto a varios compañeros que se iban al exilio. Y todos saben que una vez que el avión se iba, había que volver solo y a riesgo de cualquier cosa. Su casa fue cobijo de muchos perseguidos e integró la lista de prohibidos de los teatros oficiales casi hasta el comienzo de la democracia. Como para que el reconocimiento le llegara joven. Es por lo brevemente expuesto que solicito tengan a bien considerar que al firmar las próximas paritarias de televisión lo hagan bajo la advocación de Oscar Nuñez y de Horacio Dener, otro compañero que no llegó a ver el triunfo de su incansable lucha por los derechos de imagen que deberá pagar el Canal Volver, además de ser él también firmante de aquella mencionada paritaria de televisión y así lo comuniquen al resto del gremio. La mística perdida, la falta de masividad en los movimientos políticos gremiales internos de nuestro gremio, la señalada falta de apertura y de participación empieza por reconocer y hacer saber que la historia no empezó ni termina con nuestro paso por la actividad sindical. Otros, tan buenos o mejores, hicieron también la historia grande del sindicato. Por eso creo que merecen, ante su familia, ante sus amigos y ante la sociedad despedirlo con la misma dignidad con la que transitaron sus días entre nosotros A la espera de una respuesta favorable a mi solicitud, saludo atentamente a los compañeros.
LEONARDO NAPOLI
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UN CÁLIDO ADIÓS A OSCAR NUÑEZ, COMO SE MERECE
Me sorprendió la pobre necrológica que hizo el sindicato de actores de Oscar Nuñez.
Porque no era una despedida, sino una paupérrima nota, que no era ínfima por las pocas líneas dedicadas y por la falta de datos intensos - como lo era él - sino por lo tibia; ante la muerte de un compañero que hizo mucho por el sindicato y por su obra social; por compañeras/os, por su oficio, y el de tanta gente.
"Siempre voy a estar del lado del trabajador" era una frase que nunca me cansé de escucharle, en los seis años en que lo traté. Y supe, antes de conocerlo más a fondo, que había sido, en los últimos años vicepresidente de la OSA, y antes tuvo otros cargos. Pero con o sin responsabilidades de dirigente, su actitud fue siempre la misma; la defensa irrestricta de los trabajadores/as; aún de quienes podía sentir más o menos simpatía.
Pero la empatía, al menos en lo gremial/sindical estaba siempre. Le comenté a mi hermano Raúl esto; ¡la pobreza de la despedida! Sentí dolor; porque había comentado con el mismo Flaco, justamente, cómo
sería ese texto de la hora final. Puedo recordar con exactitud que lo imaginaba "largo y afectuoso". No quise escribir yo, porque seguramente podrían creer que se trataba de alguna cuota de resentimiento, porque me habían despedido. Mi hermano Raúl atinó a pensar una carta, algo, un desagravio, pero llevamos el mismo
apellido, y muy orgullosamente.
Le conté a Raúl algunas cosas; no solamente desde lo personal; demás está decir que éramos amigos, y que a pesar de que fueron sólo los últimos seis años, su intensidad hizo que parecieran veinte: Y los
hechos y momentos vividos juntos lo acrecentaron: un fin de año juntos; un cumple de mi vieja, varias visitas a su casa; quedarme a dormir en la suya; jugar a los dados con mi vieja él y yo; secretos compartidos; noches y trasnoches; trabajos juntos (con él comparti los tres primeros meses de mi programa radial en Madres, donde recitaba poesía como sólo él lo hacía, y haciendo entrevistas); una obra de teatro abortada, pero disfrutada, sino que le comenté su LABOR GREMIAL SINDICAL. Le recordé que fue uno de los firmantes del CC de cine, en el 75, que fue vice de la OSA (donde entre otras cosas se opuso a hacer dos fiestas: una para los quienes no son famosos,- boleros-, según el lenguaje de algunas/os- y otra vip), y ahí renunció, y no lo
hizo callado. Así como otras decenas, quizás centenas de actitudes de dignidad brutal. Pero no sé, no entiendo. Sé que hay mucha gente con bronca por esto. MUCHA: Será que no fue famoso ¿“famoso”? Si hasta el diario La Nación hizo una necro más que digna (por supuesto, me consultaron), y Marcelo
Stiletano empezó con la frase: "Con qué poco se puede ser feliz", un dicho que yo le robé, y ya es también mía.
Fue bochornoso... mal. Uno es lo que hace. ¿Nadie pudo escribir algo más honorable para alguien, que, además iba casi todos los días al sindicato, y que siempre puso el cuerpo (recordar las asambleas ante
el lock out patronal de tevé en el ´08, creo), donde también lo dejaron solo frente a Peretti y a la patronal representada por figuritas.
Bueno; es lo que hay. Por suerte yo no soy más empleado del sindicato.
Me mandé macanas, pero sé muy bien que no me echaron por eso, sino por motivos políticos que un propio dirigente se encargó de informarme en varias ocasiones.
Y esto, al lado de lo que pude haber hecho, es un mamarracho.
Oscar, "Flaco"; entendelos; están muy ocupados. Entre tanto trabajo actoral, y tanta actividad sindical, no pudieron escribir más que eso.
RAFA TANO

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